BARRIO GIRÓN: LA PLAZA MÁS CHICA DE VALLADOLID

Corrían los primeros años de la década de los 50 del siglo XX, cuando los vallisoletanos contemplaban como allá lejos de la ciudad, en las faldas del cerro de las Contiendas, iban levantándose unas casitas blancas: estaba naciendo el barrio Girón.

Las expropiaciones comenzaron en 1950, y en 1955 ya se inauguraron parte de las poco más de 700 viviendas sociales previstas en tan peculiar barrio. Y poco a poco el barrio fue disponiendo  de servicios y comercio, pues salvo iglesia, escuela y un espectacular cine, el cine Castilla,  Girón carecía de todo… y al Ayuntamiento iban llegando peticiones  para abrir una tienda de ultramarinos (abacería), y una barbería, y una frutería…una carbonería y, por supuesto, algunas cantinas.

Entre aquella barriada y la ciudad, comunicadas por solo dos puentes (Mayor y Colgante), se extendían las extensas tierras  vacías de lo que más tarde llegaría a ser otro barrio: la Huerta del Rey.

Nació Girón al calor de la obra sindical del franquismo de posguerra para dar cobijo a familias con especiales dificultades económicas. Sin embargo, el paso de los años y las nuevas demandas, han contribuido a que el que otrora se conociera como “barrio sin ley”, termine por ser codiciado por quien quiere disponer de una casa unifamiliar con jardín sin moverse de la ciudad.

En cualquier caso, aún habrían de pasar unos  años hasta que todas las casas del barrio dispusieran de agua corriente, hasta el punto de que todavía en  1959 se sabe de la existencia de un aguador que vendía agua por las casas de Girón.

Muy recientemente el barrio ha visto aumentar su caserío por la urbanización de la Cumbre que ha colonizado parte del cerro, y por la construcción de viviendas en unas cuantas parcelas junto a la calle Mieses.

Avenida de los Cerros, desde la calle Mieses, calle principal de acceso al corazón del barrio, en cuyo inicio se han levantado varios  bloques de modernas viviendas

 

Según vamos a tomar la calle Tajahierro ya se aprecia la caja escénica del cine Castilla. Y el colegio del Empecinado, que ahora comparte su edificio con diversas actividades y asociaciones. El cine Castilla, en completo abandono, se considera una seña de identidad reivindicada por el barrio, que reclama su restauración

 

Por la calle del Transformador, a mano izquierda de Los Cerros, llegamos a la recoleta plaza Elíptica que,  junto con la Porticada, forma parte de los dos polos centrales del barrio

 

Y por la calle Breve nos encaramamos hasta la enorme residencia de personas mayores Cardenal Marcelo, que abrió sus puertas en 1975, y que ofrece uno magnífico jardín

 

Desde la residencia iniciaremos una larga andada por una de las calles principales: la avenida de las Contiendas, para, a la altura del nº 59, tropezarnos con la plaza más pequeña de Valladolid, la plaza del Abanico. Un lugar recoleto como pocos

 

Por la calle Veleta,  a la altura del nº 100 de la avenida de los Cerros, iniciamos un vertiginoso descenso por una larga escalinata hasta la plaza Porticada, donde está la iglesia San Pío X. La plaza recuerda por completo un ambiente rural, como de un típico pueblo de colonización de aquellos años 50 y 60 de la España todavía campesina. En este punto podemos dar por concluido el paseo, proponiendo despedirnos del barrio yendo hacia la calle Oriental, que bordea el campo de fútbol y otras instalaciones deportivas. Volveremos a toparnos con los grandes edificios que han ensanchado el barrio, ya rayanos con la Huerta del Rey

 

Diversas calles, perspectivas y curiosos edificios muy característicos de Girón, y…

 

… Noticia de El Norte de Castilla sobre un aguador que en 1959 aún vendía agua por las casas del barrio Girón