VILLAVAQUERÍN, EVOCACIÓN DE DELIBES

Vamos a pasear por territorio  de Villavaquerín, un municipio del valle del arroyo Jaramiel. Pueblo que  oficialmente aún conserva el apellido “de Cerrato”, denotativo de su antigua pertenencia a aquella comarca predominantemente palentina.

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Este municipio tiene cierta popularidad pues en él se rodaron escenas de la película “Las ratas”, basada en la novela de Miguel Delibes, en la que muchos vecinos aparecen como extras. También  una antigua finca de su término municipal (la Sinova) es mencionada por el escritor en su “Diario de un cazador” y otras novelas por haberla frecuentado en sus incursiones por el campo escopeta en mano.

Son días de paisajes. La primavera muestra una de las paletas cromáticas más hermosas de Valladolid: vallejos o barcos, laderas y páramos ofrecen matices y contrastes solo disfrutables en esta época del año, a pesar de que la lluvia se muestra esquiva haciendo peligrar cosechas.

La luz es especialmente clara y transparente, y  el viento, con trazas todavía invernales, sopla con fuerza en el páramo.

Andaremos como cuatro kilómetros por el valle de Valdeguinte, siguiendo un camino perfectamente marcado: detrás de la iglesia y pasadas las bodegas, nos encaminamos hacia el cementerio, más antes de que incluso lo veamos, un camino, llamado en el pueblo de Olivares (por conducir hacia aquella población), lame la ladera que nos irá conduciendo hasta el páramo. Cuando veamos una bifurcación, ya  encajados en el barco, sin duda hay que tomar el de la derecha.

Pues vamos a ello.

 

En la década de los 60 se incendió la casa consistorial, que se rehabilitó por completo en 1998, cuando fue reinaugurada. Al fondo la iglesia de Santa Cecilia, del siglo XVI y cuyo pórtico aparece expresamente en “Las ratas”.

 

El caserío de Villavaquerín, desde el camino que llevamos, con el barrio de bodegas en primer término. El pueblo tuvo castillo y llegó a estar enteramente fortificado durante la Edad Media.

 

Barco y camino que irá marcando nuestro itinerario.

 

Paisaje desde el camino de Olivares.

 

Llegados al páramo de Buenos Aires, diversas perfectivas… árboles aún desnudos pespuntean el paisaje.

 

La vuelta nos permitirá observar una panorámica de las Mamblas de Tudela, y la Mambla (a la izquierda) de Villabáñez.

 

Merece la pena demorarse un rato por el barrio de bodegas: las hay para todos los gustos y estilos.

 

Un plano que nos ayudará a situarnos en la ruta: 1 Villavaquerín; 2 camino de Olivares; 3 páramo.

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