La representación del paso del tiempo se pierde en las más viejas culturas de la Tierra. Las estaciones del año no siempre han sido las mismas –tiempo hubo en el que el “estío” se sumaba a las cuatro actuales-, ni las mismas en todas las regiones del Planeta. Por ejemplo, en los países ecuatoriales solo se habla de dos estaciones: la húmeda y la seca.
Por lo general la forma de representar las estaciones del año está asociada tanto a los cambios climáticos como a las faenas agrícolas, al igual que se hace en los “mensarios”, muy característicos de la Edad Media y en los que a cada mes se le asocia con alguna actividad agrícola o ganadera. Por ejemplo, en julio la siega del cereal, en septiembre la vendimia, en noviembre la matanza, y en diciembre el anciano sentado a la lumbre disfrutando de las viandas que ha guardado en los meses precedentes. Los mensarios, como las estaciones, son también una forma de representar el calendario.
La forma de representar las estaciones no siempre ha sido la misma pues niños, dioses o mujeres ha ido formando parte de la iconografía.
Las estaciones, el tiempo y las faenas agrícolas incluso tienen su acomodo en libros sagrados, como la Bíblia. En el Génesis 8.22, después de finalizado el Diluvio Universal, Yavé pensó en no volver a castigar a los hombres y decidió que “Mientras dure la tierra, sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche, no cesarán más”. Noé se hizo agricultor y comenzó plantando una viña… lo que vino después, cuando bebió su vino y se emborrachó, ya es otra cosa.
Según Maravillas Aguiar Aguilar, del Centro de Estudios Medievales y Renacentistas Universidad de La Laguna, en las sociedades islámicas el cómputo del tiempo en la etapa anterior a la llegada del Islam parece basarse en la constatación de dos grandes estaciones anuales, un invierno (otoño-invierno) y un verano (primavera-verano), documentadas en el Corán. El año tenía su comienzo en otoño. Y por vía clásica, la división del año se hará en cuatro estaciones, teniendo las estaciones su comienzo con los solsticios y los equinoccios.
Este año 2022 el invierno en el hemisferio norte comenzará el miércoles 21 de diciembre y terminará el 20 de marzo de 2023. Aunque normalmente el cambio de estación es el día 21, hay años en que se retrasa al día 22 o 23, dependiendo de la posición de la Tierra y del Sol.
Contado todo lo anterior con mayor o menor acierto y precisión, vamos a ver en Valladolid loslugares en los que hay representación de las estaciones del año.
Si Ud. amable lectora o lector, puede aportar algún lugar más, sería de agradecer que lo contara.

Ilustración del Arca de Noé, en el libro “Beato de Liébana”, del siglo X, conservado en la Universidad de Valladolid


Mensario de la cripta de San Isidoro, en León, siglo XII: julio y septiembre. Imágenes tomadas de “romanicoaragones.com”






Mosaico de Diana y las Estaciones. Villa de Prado, siglo IV. Museo de Valladolid. De arriba abajo, el mosaico, detalle de Diana cazadora, la primavera, el verano, el otoño y el invierno





Pasaje de Gutiérrez (1886). Esculturas realizadas en terracota llevan la firma de M. Gossin, Visseaux, París. Están puestas alrededor de Mercurio y representan las cuatro estaciones, que por el orden de colocación son la primavera (a la derecha de Mercurio) y sucesivamente siguiendo al revés de las agujas del reloj, el verano, el otoño y el invierno. Cada una con los atributos propios de la estación: las flores de primavera, la mies del verano, las uvas del otoño y el fuego -a sus pies- del invierno. La del verano, hasta no hace tanto incluso portaba una hoz de hierro en su mano derecha




Fuente Dorada, del arquitecto Fernando González Poncio, que fue quien en 1998 llevó a cabo la remodelación de la plaza y también la ejecución de la nueva fuente. Mirando hacia la calle de Teresa Gil, el mascarón que representa la primavera, y girando hacia la derecha, las otras tres estaciones. Al igual que las madonas del Pasaje de Gutiérrez, cada mascarón se reconoce por las flores, la mies, las uvas y la última, por las bellotas del invierno. Estas representaciones añaden, al igual que las del mosaico de Diana, la metáfora de la vida: desde la juventud de la primavera se va envejeciendo hasta la estación del invierno
Muchas gracias. Muy oportuna en la víspera de la entrada oficial del invierno. Feliz Navidad y un abrazo, Enrique
Enrique, otro abrazo para tí. El otro día estuvo con tu amiga del chalet de La Overuela… el de las ruinas del palacio de Mirabel.
Claro, ella es Elena, la mujer del doctor Juanjo Noriega. Son grandes amigos. Abrazos navideños para ti.
Muchas gracias por recordar en cada escrito Valladolid. Aprendo mucho sobre mi ciudad y me encanta. Llevo unos cuantos años fuera, en otra ciudad en la que estoy encantada, pero no dejo de recordar, visitar y amar a mi Valladolid querido.
Gracias y ¡¡Felices Pascuas!!
Oye, Julia, me hace muy feliz que mis artículos que ayuden a recordar Valladolid. Un abrazo
Gracias por el articulo. Felices Fiestas de Navidad. Voy a añadir un refrán paterno que me encanta (relativo a los pajaritos).
» Marzo………….. Nidarzo
Abril……………… Hueveril
Mayo…………… Pajarallo
y por San Juan……………pajaritos a volar»
ole! muy chulo. Feliz Navidad