Hay un edificio en Valladolid en el que de alguna manera se siente representada la ciudadanía y sus instituciones: la Casa Consistorial.
El Ayuntamiento actual de la ciudad se inauguró en 1908 y, simplificando, su estilo suele catalogarse como ecléctico, es decir un poco de todo y de tendencia historicista, muy en boga en aquella época. Antes hubo otras casas consistoriales, la última anterior, del s. XVI con numerosas reformas posteriores, en el mismo emplazamiento que el actual. Hasta la Edad Moderna los munícipes se reunían en los lugares más variados: atrios de iglesias, casas alquiladas, conventos… Pero los Reyes Católicos querían dejar bien claro la existencia de un poder civil distinto al de la Iglesia, así que ordenaron que en todas las poblaciones se construyesen casas consistoriales.
Una cosa que siempre han tenido buen cuidado los concejos de pueblos, villas y ciudades, es que hubiera un reloj que pudiera escucharse tanto en el casco urbano como en las tierras de alrededor. A veces ese reloj “municipal” no estaba en el mismo edificio concejil, sino en alguna torre independiente o campanario de una iglesia… pero lo normal es que los gastos de instalación y mantenimiento, así como el pago del salario del relojero se costearan con cargo al presupuesto municipal. Hay muchas historias curiosas e interesantes en torno a los relojes concejiles. Pero eso lo dejo para mejor ocasión.
El arquitecto del Ayuntamiento fue Enrique María Repullés y Vargas, que tiene obra nueva o intervenciones rehabilitadoras por muchas ciudades españolas. En concreto, el edificio de la plaza Mayor que hace esquina con calle Ferrari, es de este mismo autor. Las dependencias acogen numerosos objetos y obras de arte, cuyo detallado enunciado haría muy largo este reportaje. En general, la representación de reyes y personajes relacionados con la monarquía está muy presente en la decoración, aunque no faltan escenas costumbristas ni paisajes.
Y sin más preámbulo vamos a introducirnos en el interior de edificio.
Como cosa curiosa, cuando en septiembre de 1908 se inauguró el Ayuntamiento, aún no estaba concluida la torre, por lo que el reloj no comenzó a dar las horas hasta enero de 1909. En el ladrillo de la fachada se aprecian claramente impactos de bala producidos durante los primeros meses de la Guerra Civil
Escalinata principal, de mármol. Cristaleras con el escudo de la ciudad
Antesala del Salón de Recepciones y dependencias de la Alcaldía. Tapices con escenas del lecho mortuorio de Isabel la Católica y otras escenas de los Reyes Católicos. Arcones de tres llaves que guardaban documentos y tesorería
Salón de Recepciones. Diversos detalles. El techo representa varios acontecimientos de la historia de Valladolid: el Conde Ansúrez, Felipe II, los Reyes Católicos… Pintados por el cubano Gabriel Osmundo Gómez. La decoración del techo se completa con dos medallones: uno de ellos, firmado por el catalán Barral Nualar, representa una escena cortesana de Dª María de Molina. Las vidrieras que dan al balcón incluyen rostros de varios personajes históricos: Ansúrez, Reyes Católicos, Felipe II y María de Molina Y retrato idealizado del Conde Ansúrez, propiedad de la Diputación y realizado por Pedro Díaz Minaya en el s. XVII
Hay una sala apartada, llamada “de los pasos perdidos” (porque es donde antiguamente la gente esperaba horas y horas a ser recibida por el alcalde) que tiene buenas copias de cuadros originales de Velázquez: Felipe IV, Mariana de Austria y Carlos II. Están muy, muy deteriorados. Como curiosidad, si se entra en el Ayuntamiento por la puerta de la calle Manzana, en las paredes del pasillo se ven reproducciones en papel los tres cuadros, y una leyenda “mentirosa”, que se instaló hace varios lustros y que dice que están en proceso de restauración
Otra dependencia administrativa que en su día fue sala de comisiones, guarda un enorme y delicioso lienzo firmado en 1901 por Antonio García Mencía. El cuadro tiene varios orificios de bala de cuando la sublevación franquista
El pasillo que da acceso a las dependencias de Alcaldía tienen diversos retratos entre los que se incluyen los de sendos alcaldes de la Democracia: Rodríguez Bolaños y León de la Riva realizados por Cano y Quesada, respectivamente
Hay una sala de espera, inmediata a la Alcaldía, que reúne un buen puñado de obras de arte. Entre ellas, retratos de María Cristina con su hijo Alfonso XIII en brazos, y del mismo monarca, cuya autoría la firman, respectivamente, Marcelina Poncela y Gabriel Osmundo Gómez
Despacho de Alcaldía. Un San Juan, de Ribera; una Magdalena firmada por Cesare de Sexto y un busto de San Pedro, que lleva la firma de Torre Berasategui, entre otros objetos artísticos, decoran una pieza totalmente decimonónica
Concluiremos la visita a las, digamos, dependencias nobles de la Casa Consistorial en el salón de Plenos: retratos de Ansúrez y su esposa Eilo, de finales del s. XX y autor desconocido. La vidriera advierte sobre la fecha de inauguración del edificio
Como indiqué, hay numerosa obra de arte en el Ayuntamiento. De entre todas las que no he citado, no me resisto a ignorar un cuadro costumbrista ambientado en el Puente Mayor y que fue pintado en 1903 por Francisco Prieto Santos (observar las vías del ferrocarril en el pavimento del puente: el llamado tren burra que llegaba hasta el interior de la ciudad); un bajorrelieve que evoca una vida silvestre y pastoril -muy del gusto de la època-, ubicado en un apartado pasillo, realizado por el escultor Tomás Argüello; así como dos bustos en madera tallados por Crispín Trapote: La Ciega de Íscar y el Labriego Castellano