No por muy conocido vamos a dejar de recorrer uno de los municipios más bellos y visitados de Valladolid: Urueña. Difícil será añadir nada que no sea sobradamente conocido de esta villa que, desde el páramo de Torozos, se asoma a Tierra de Campos.
Su historia está vinculada a la red de fortalezas de los tiempos de disputas entre los reinos de Castilla y León. Las murallas de Urueña vigilaban los territorios en conflicto y encadenaban con el resto de las fortalezas que, dependiendo de las propiedades castellanas o leonesas, se avisaban entre sí en caso de presencia de enemigos. Me refiero, por ejemplo, al antiguo castillo de Medina de Rioseco, al de Tordehumos, Villagarcía de Campos, Tiedra, Villalonso, Castronuño, Toro… Parece ser que la forma de comunicarse entre los castillos era mediante señales de fuego y humo ¿de ahí el nombre del municipio de Tordehumos?
Ahora las reconstruidas murallas de Urueña, que comenzaron a levantarse en el siglo XII, sirven para paseo de visitantes que desde el adarve se sorprenden del paisaje terracampino, y disfrutan de las inigualables puestas de sol.
A partir de la Casona de Urueña, antigua apuesta de la Diputación de Valladolid, se ha constituido un entramado de espacios culturales, incluidas librerías, que aspiran a dar oxígeno a esta zona. En esa apuesta está el centro E-Lea, que forma parte de la exclusiva red de “villas del libro” que existe en el mundo; el Museo de Campanas y el sorprendente Museo de Instrumentos Musicales de Luis Delgado… todos son de obligada visita, en una u otra ocasión.
De la Casona de Urueña ya hemos dado noticia en otra entrada de este blog, por lo que no nos queda más que adentrarnos en el callejero de Urueña.
Optamos por estacionar junto al castillo, donde se ha recuperado una tradicional charca o lavajo. El castillo ahora cobija el cementerio de la localidad
Entramos en el casco urbano por la puerta del Azogue para tomar la calle Real
Enseguida nos toparemos con la iglesia de Santa María, un edificio del siglo XVI…
… Y la Casona de la Mayorazga, noble edificio de 1716, que acoge el Centro Etnográfico de la Fundación Joaquín Díaz: un espacio de cobija diversas y únicas colecciones relacionadas con la música y la etnografía
La calle Real termina en la otra puerta que aún se conserva: la de la Villa, que se asoma a uno de los paisajes más bellos que se puedan ver en Valladolid; con la Ermita de la Anunciada al fondo, a la que sin duda hemos de acercarnos. Si lo hacemos a pie completaremos una pequeña caminata por la localidad
Subimos al adarve por cualquiera de las escaleras de acceso que hay dispuestas a lo largo de la muralla reconstruida: panorámica del caserío de Urueña
Paisaje de Tierra de Campos
Sin duda se ha de recorrer el callejero de la localidad: calle de Lagares y detalles de algunas de las librerías. La piedra domina las construcciones, pero no siempre fue así: muchas de las viviendas de piedra que ahora vemos son reconstrucciones que se acometieron para recuperar la mitad del caserío que fue arrasado por el fuego en 1876… Para su rehabilitación se aprovecharon las piedras de la muralla, que quedó maltrecha y casi desapareciada
Museo de Campanas. Se trata de una antigua panera muy rehabilitada
Casa de Raimundo Negro, toda ella de piedra de sillería, en la plaza del Corro de San Andrés; y panorámica de la plaza, en el centro del casco urbano
La villa tiene numerosas indicaciones que nos permiten movernos por ella con facilidad, sobre todo porque a pesar de ser un caserío medieval tiene un trazado bastante bien organizado
Es imprescindible visitar la ermita de la Anunciada, una joya única en Castilla y León del gótico lombardo o catalán (o italiano), iniciada en el siglo XII con añadidos del XVIII
Vista típica de Urueña desde la ermita… Y no olvide visitar los museos de la villa…
… Y las inigualables puestas de sol