Lugar remoto donde los haya en la provincia de Valladolid, no por lo lejano, sino por lo perdido que está en la geografía y en la historia, Peñalba de Duero, en el término de Villabáñez, será nuestro punto de destino en una agradable excursión al pie de unos impresionantes cortados sobre el Duero.
Villabáñez, tiene un vasto territorio que incluye buen trecho del arroyo Jaramiel, rebasa el Duero, ve como discurre el Canal del Duero, y llega hasta prácticamente la carretera de Soria, incluyendo la extensísima urbanización de Dehesa de Peñalba (que muchas personas creen que pertenece al término de Traspinedo).
Y dentro de este vasto territorio se incluye lo que queda de una población que en otro tiempo fue importante: Peñalba de Duero.
Unida o separada de Villabañez, Peñalba puede presumir de su propia historia, en la que no me voy a detener. Baste saber que llegó a estar amurallada.
Buena parte de su importancia se debe a que se fundó junto al Duero y, más concretamente, en su margen derecha, ya completamente a salvo de las escaramuzas entre los reinos cristianos y musulmanes. Eso hizo que se consolidase un camino de comunicación entre los reinos de León, Castilla y Aragón: el Camino Real de Aragón o camino de los aragoneses, muy transitado durante siglos, se pierde en la más antigua Edad Media. Camino que seguía los asentamientos concejiles y monacales que se iban fundando a lo largo de lo orilla derecha del Duero. Sin duda esto contribuyó a que Peñalba alcáncese la importancia que en su día llegó a tener. Estaba muy transitado pues no debe olvidarse que Valladolid disponía de Audiencia y Chancillería, amén de mercado y otras actividades que atraían mucha gente que, en general venía caminando. (En el número 374 de la Revista de Folklore, de la Fundación Joaquín Díaz, publiqué un extenso artículo de investigación sobre este camino. Se accede a través de internet. Por ejemplo se puede buscar: Revista de Folklore Jesús Anta Roca 374).
Al final indico como llegar con vehículo hasta un punto donde comenzar la caminata. Dependiendo de donde dejemos el coche, el paseo, sosegado, oscilará entre hora y media, y dos horas. Es aconsejable llevar un bastón, aunque el camino no ofrece dificultad especial alguna y se hace siempre dejando el Duero a nuestra derecha.
Este pico, la Mambla, pronto lo veremos, a la derecha, al tomar la carretera de Tudela de Duero a Villabáñez. A sus pies comienza el camino que nos permitirá aproximarnos con el vehículo hasta las inmediaciones de Peñalba
Impresionante panorámica sobre el Duero una vez que se acaba un camino rodado y ya nos dirigimos caminando hasta nuestro destino, cuya torre de la iglesia se aprecia al fondo
Diversas imágenes que nos acompañarán en la aproximación a Peñalba. La blancura de los cortados ya indica el origen del nombre de Peñalba. Caminaremos por parte del Camino Real de Aragón o senda de los Aragoneses. Un camino de resonancias medievales muy transitado durante siglos
Rebasada una tupida chopera, vayamos con atención para ver lo que queda del antiguo puente que fue volado durante la Guerra de Independencia. Después, hubo servicio de barca (hasta no hace tantos lustros). Al otro lado del río se ven construcciones de la urbanización de Dehesa de Peñalba. El puente seguramente se hubiera construido sobre otro anterior del siglo XII que daba servicio al Camino de los Aragoneses.
Lo que queda de un caserío que llegó a ser villa, estar fortificado, disponer de guarnición armada durante la Edad Media, y rondar los 100 habitantes en el siglo XIX. Su despoblación se prolongó durante parte del s. XX. Actualmente aún hay una casa habitada
Imágenes de lo poco que se mantiene en pie
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, del siglo XVI, con algunas construcciones posteriores. Como otras muchas iglesias terminó en granero, hasta que el arzobispado la sacó a la venta y se hizo con ella un industrial hostelero de Valladolid, que la rehabilitó, como bien se puede apreciar en la cubierta
La vuelta no se hará monótona, pues se apreciarán otras perspectivas del paisaje y los cortados
ACCESO: No hay carretera alguna que llegue hasta lo que queda de esta antigua villa. Se puede coger algún camino que sale a la derecha en el tramo de la carretera que va de Villabáñez a Olivares de Duero. Pero nosotros nos acercaremos desde Tudela de Duero: cogemos la carretera que desde Tudela conduce a Villabáñez; nada más pasar la desviación del camino que a la derecha conduce a Carraduero, vemos el indicador de 4 Km; rebasado, tomamos un camino que sale a la derecha; nos orienta muy bien la dirección la explotación de áridos que se ve al fondo. Parte del itinerario está asfaltado pero acabamos en un camino agrícola. Dos cosas podemos hacer si no nos apetece adentrarnos demasiado con el coche: dejarlo una vez rebasada suficientemente la gravera, o podemos adentrarnos un poco más y dejarlo en el punto donde el camino gira 90 grados a la derecha. Bien aparcado no estorbará a nadie. Salvo que nuestro vehículo sea excesivamente bajo, el camino está transitable.