En Castronuño es difícil decidir hacia dónde mirar. Tiene alicientes, edificios y singulares curiosidades incrustados en su caserío, pero es imposible evitar que la vista busque denodadamente los bordes del pueblo: esos horizontes casi infinitos en los que el Duero dicta el color y la forma del paisaje.
La Muela será nuestro destino en el deambular por las calles del municipio… más, es injusto no prestar algo de atención a un puñado de referencias que pespuntean el recorrido que haremos desde las antiguas escuelas hasta la atalaya que preside la ballesta del río…
Castronuño es un viejísimo enclave en otro tiempo amurallado y fundamental en la línea defensiva medieval del Duero, especialmente en las disputas entre los reinos de León y Castilla. De aquellas murallas nada queda, pero sí pude visitar un sorprendente túnel que formaba parte de la construcción del castillo.
El municipio tiene, además, un enclave privilegiado en la llamada “Reserva natural Riberas de Castronuño-Vega del Duero”, el único parque natural que hay en Valladolid y del que también forman parte Pollos, Tordesillas y Torrecilla de la Abadesa.
Venga, vamos a pasear.
Las escuelas de Castronuño (04 en el plano del municipio que acompaña este reportaje), edificio del que muy justamente presume la gente del pueblo. Se inauguró en abril de 1933… arriba asoma el ábside de la iglesia de Santa María del Castillo
Por detrás de las escuelas hay unas cuantas bodegas cuyas bocas asoman al Duero y donde ya tenemos una excelente panorámica del río: al fondo el puente del ferrocarril a Zamora
El mayo es un rito ancestral que, realizado en primavera, simboliza la fecundación de la tierra: los jóvenes hincan un árbol en la tierra… (supongo que no haya que dar más explicaciones). Mayo, con su invocación a las lluvias y las buenas cosechas es, sin duda, el mes agrícola por excelencia, incluidas las romerías de San Isidro y las rogativas. El mayo lo levantan a la salida del municipio, allí donde está la vieja fuente del Caño (08) y a la que se llega desde la plaza
Los peregrinos que vienen siguiendo el caminode Santiago de Madrid, entrarán al pueblo por este lugar –calle del Caño- (una calle paralela a la de la Fuente del Caño). El municipio ha puesto en servicio un albergue de peregrinos (15) atendido por voluntariado, y me consta que dan toda clase de facilidades a quienes deciden pasar la noche en Castronuño
A la altura del número 47 de la calle Real, que atraviesa toda la población, se verá una fachada señorial que bien podría haber pertenecido al Comendador de la Orden de San Juan. Esta fachada fue un casual y feliz hallazgo, pues nadie recordaba que existiera hasta que unas obras en la casa la sacaron a la luz
Siguiendo hacia arriba por la calle Real llegaremos hasta la plaza oficialmente intitulada Juan B. Varela (un ingeniero que trabajó en la presa del embalse), pero que todo el mundo la conoce como plaza del Hospital, por hallarse en ella el antiguo hospital de peregrinos (ahora tiene la fachada muy alterada, pero se aprecia el ladrilo viejo de la época). Ahora reconvertido en viviendas particulares, cuyos propietarios me mostraron amablemente el zaguán empedrado, donde se conserva un viejo organillo
Uno de los rincones tradicionales que antes cuidaba el mismo vecindario hasta que, no hace tanto, se hizo cargo el Ayuntamiento
Buscamos la calle de Pescadores, y en una rinconada nos topamos con una barca que se utilizaba para la pesca. Abundio (en la imagen) se llama su propietario y fue el último pescador que echó sus redes en el Duero. Como todo buen pescador tuvo que sacar a más de uno del río (vivo o muerto). En otro tiempo varias familias de Castronuño se dedicaban a la pesca, que luego vendían también por los municipios de alrededor: bogas, barbos y bermejas, entre otras especies, eran las que se capturaban en el río. Incluso en el embalse hay un paraje que se conoce como “el puerto”
Por la calle Subida al Castillo, ascendemos hasta la Muela, el punto más alto del municipio y que depara unas increíbles panorámicas sobre el embalse de San José. En cualquier época del año las vistas son espléndidas. Desde la Muela se puede iniciar alguna ruta, como la Senda de los Almendros, de unos 7 km. y de la que hay un reportaje en este mismo blog: Un paseo en torno al paraíso: embalse de Castronuño. En la Muela está la Casa de la Reserva (16), que organiza diversas actividades relacionadas con la naturaleza y donde informan de cuanto queramos saber sobre el entorno
Y en la Muela está también uno de los monumentos románicos más interesantes de la provincia de Valladolid: la iglesia de Santa María del Castillo, levantada a finales del s. XII (aunque tiene añadidos posteriores) por la Orden de San Juan de Jerusalén: aquellos monjes soldados que cuidaban de tener abiertos y protegidos los caminos que permitían a los peregrinos llegar hasta la ciudad sagrada para los cristianos
El túnel al que al principio hice referencia. No se puede visitar por el público. Tiene una longitud de 99 metros y se cree que se estaba excavando para salidas y entradas estratégicas al castillo cuando este se hallara sitiado. Y digo que se “estaba” cavando porque lo cierto es que no conduce a ninguna parte, lo que puede venir explicado porque terminaran las hostilidades entre los reinos de León y Castilla y se decidiera abandonar esta ardua y dura tarea. Está abierto a pico y pala, y en sus paredes se aprecian las oquedades donde se ponían las velas para iluminarlo. Ahora, antes de comenzar el túnel hay una de las típicas bodegas particulares que abundan en Castronuño
Plano de Castronuño que puede ayudar a seguir el itinerario que he propuesto por el municipio