Marcelina Poncela  nació en 1864 en la calle Vega,  de Valladolid, en el seno de una familia humilde cuyo padre era un artesano de cestería oriundo de Bercero.

Tenía otros dos hermanos que murieron muy tempranamente. Quedó huérfana de madre a los tres años, por lo que fue criada por su abuela paterna, según costumbres de la época, en las que no era frecuente que el padre se encargara de la crianza de una hija, además de que no dispusiera del tiempo necesario habida cuenta de su trabajo.

Lo que no significa que no estuviera atento a su educación, pues  su progenitor apreció las cualidades intelectuales y artísticas de Marcelina, de tal manera que Marcelina estudió Magisterio compatibilizando con clases de dibujo y pintura en la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, que por aquel entonces estaba situada en el Colegio de Santa Cruz. Sus clases de arte comenzaron en 1876 y tuvo como maestro a José  Martí y Monsó.

En 1882, a raíz del fallecimiento de su padre, y como era menor (18 años) quedó bajo la tutela del esposo de su tía Ysidra Poncela. El matrimonio vivía en Madrid, por lo que Marcelina  se trasladó a vivir a la capital de España, donde siguió compaginando sus estudios de magisterio con los artísticos. Necesitó de una dispensa expresa de la Casa Real para poder ingresar en 1884 en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado.

Además, obtuvo sendas becas o pensiones tanto del Ayuntamiento como de la Diputación de Valladolid, lo que le permitió dedicarse con mayor intensidad a su formación.

Uno de los maestros que más influyeron en nuestra pintora fue Carlos de Haes, un excepcional paisajista español de origen belga que era partidario de una nueva forma de pintar el paisaje: al aire libre  y con la rapidez y sutileza suficientes como para captar los matices que se operan en la naturaleza producto de la luz cambiante.

Casó con un periodista, pero sus obligaciones familiares no mermaron su vocación de pintora, que le acompañó toda la vida.

Tuvo tuvo varias hijas y un varón que llegó a ser famoso dramaturgo: Enrique Jardiel Poncela.  El matrimonio inculcó a sus prole el gusto por el arte y la cultura, por eso fueron educados en la Institución Libre de Enseñanza, y sus hijas estudiaron Magisterio y Comercio, en una época en que las mujeres apenas se las enseñaba las cuatro reglas y mal leer.

Su apellido, de momento, quedó más ligado a la fama de su hijo que a su propia trayectoria artística. Tal vez esto comience a cambiar a partir de lo que ya se va conociendo de esta excepcional mujer gracias a la publicación de su vida y obra por parte de María Dolores Cid Pérez. Una  vallisoletana doctora  en Historia del Arte que hizo su tesis sobre la vida de Marcelina, y que recientemente ha visto la luz en forma de libro publicado por el Ayuntamiento de Valladolid: “Retrato de Marcelina Poncela»

Marcelina, que falleció en 1917,  no perdió el contacto con Valladolid, pues además de cartearse con una amiga residente en nuestra ciudad, hasta 1912 acudió a todas las exposiciones que se celebraban en Valladolid, de las que El Norte de Castilla recoge elogiosas críticas de sus cuadros.

Nuestra pintora tuvo la gran valía y suerte de ver en vida como se valoraba y apreciaba su obra. Acudió con su obra a los certámenes más importantes de España, como eran el  Círculo de Bellas Artes de Madrid, y  Exposición Nacional de Bellas Artes (en la obtuvo galardones en varias convocatorias).

Como indica la propia Dolores Cid, Marcelina era “una mujer valiente y decidida que siempre tuvo muy claro que lo que quería hacer en la vida era pintar, y no dudó en atreverse a irrumpir en el mundo artístico decimonónico, que era masculino, y tratar de hacerse un hueco en él”.

Coincidiendo con la reciente publicación del libro sobre la vida y obra de Marcelina, la Universidad de Valladolid ha organizado una exposición sobre la pintora, en la que a través de una quincena de cuadros, algunos dibujos y varios libros en los que se recoge su trayectoria nos podemos hacer una idea cabal del valor artístico de Marcelina Poncela.

En palabras de Daniel Villalobos, arquitecto y director del Museo de la Universidad de Valladolid, Marcelina Poncela  fue “una de las primeras seis mujeres en mostrar a la sociedad española de final del siglo XIX, la capacidad de la mujer en un tiempo de aquella sociedad en el que ser mujer y querer oficialmente ser artistas, era casi imposible de compaginar.”

Curiosamente, Marcelina ahora es una desconocida, pero en vida recibió el reconocimiento de los ambientes artístico y participó en numerosas exposiciones locales, de las que la prensa de la época daba debida cuenta. Parece que sus paisanos seguían su trayectoria artística y estaban orgullosos de sus logros.

Por suerte, algunos de sus cuadros, sean copias de los del Museo del Prado de su época de estudiante, o de creación propia, se conservan en Valladolid. Se hallan depositados en el Ayuntamiento y en la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción.

Si hubiera que resumir en brevísimo espacio su trayectoria profesional y vital, podríamos hacerlo diciendo que fue maestra, artista y pionera. Empleó todas las técnicas: óleo, acuarela y pastel; y practicó el dibujo. Y abordó todos los géneros: paisaje, retrato, costumbrismo, bodegón y flores.

Por cierto, la sala de exposiciones está en el interior del Museo de la Universidad, por lo que es muy buena ocasión para conocerlo, quien no lo haya visitado nunca,  o para volver a recrearse por si ha visitado alguna vez.

Se trata de una escogida selección de objetos y obras de arte relacionadas con la Universidad, y en definitiva con Valladolid; y de cuadros y esculturas de excelentes autores vallisoletanos contemporáneos.

Como curiosidad contaremos que  en la exposición de Marcelina Poncela hay un cuadro que representa a la Reina Regente  María Cristina (viuda de Alfonso XII) y a su hijo, futuro Alfonso XIII, de niño; y  en el Museo de la Universidad se pueden ver sendos cuadros de María Cristina y Alfonso XII pintados por Blas González García –Valladolid unos pocos años antes que el de Marcelina.

 

NOTA: La exposición está abierta hasta el día 12 de abril en el Edificio Rector Tejerina, al que se accede por la plaza de Santa Cruz. El horario de visita es de 10 a 14 y de 18 a 21 horas.

 

4 comentarios en “MARCELINA PONCELA, PINTORA: UNA VIDA Y UNA EXPOSICIÓN

  1. Muchas gracias por contarnos tantas cosas de Valladolid, la historia de Marcelina es muy interesante. Las mujeres de esa época no lo tuvieron nada fácil.

  2. Sinceramente, aún siendo nativo de Valladolid y dedicarme durante toda la vida al arte, no había oído hablar de esta gran pintora y menos conocía su obra. Gracias Jesús por tenernos al día sobre la cultura vallisoletana

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