El Palacio de Santa Cruz de la Universidad alberga una excepcional colección de arte africano: el Museo de Arte Africano Arellano Alonso. Se trata de una muestra única en España.

Esto es posible gracias al matrimonio Jiménez-Arellano Alonso, que en recuerdo de su hijo Alberto, fallecido en su juventud, ha querido rendirle homenaje cediendo a la Universidad de Valladolid su valiosísima colección de arte de África subsahariana. La cesión incluye otra variada colección de arte incluso contemporáneo que no se exhibe de momento por falta de espacio. Cabe añadir que la colección sigue creciendo, pues los propietarios van adquiriendo piezas que a continuación depositan en la Universidad.

En tres salas se exhiben monedas tradicionales africanas, esculturas en terracota y una recreación de objetos y costumbres  del reino de Oku, Camerún.

En una encuesta que en su día hizo la Oficina de Turismo, los visitantes que pasaron por Valladolid le dieron una puntuación, por su calidad y contenido, muy superior a otros museos más visitados y renombrados de nuestra ciudad. Este dato habla por sí mismo de lo que aquí se pueden encontrar quienes se acerquen a conocerla y disfrutarla.

En el Salón de los Rectores (sito en el patio de Santa Cruz) se exponen una colección de monedas tradicionales africanas. Olvídese quien vaya a visitarla del concepto tradicional de moneda: nada absolutamente que ver con la calderilla que llevamos en el monedero o las monedas que los romanos llevaban en su bolsa. Aquí se verán objetos de las formas más variadas y de tamaños sorprendentes que se utilizaban como monedas de cambio. Algunas piezas son auténticas obras de arte. Por ejemplo, una gran chapa de metal que se iba troceando en pedazos de tamaño proporcional al valor de los objetos o animales que se compraran. Este valor monetario servía no solo para intercambiar mercancías, sino para hacer donativos u ofrendas a los dioses. Estas primitivas formas de dinero se conocen como “paleo-monedas”. Ha sido un sistema de pago que  ha llegado en algunos lugares incluso hasta mediados del siglo XX.

La Sala Renacimiento, también en el patio, ofrece una colección de esculturas en terracota. Se considera uno de los conjuntos más importantes, al menos de los que se exponen en Europa, tanto por su cantidad como por la calidad de las piezas. Se trata de objetos procedentes de los pueblos asentados en las orillas de los ríos Níger y Congo que han trabajado el barro desde el siglo V a.C. hasta nuestros días. De entre todos los objetos destaca un conjunto de jinetes de terracota. La terracota no es sino la arcilla modelada y endurecida en horno.

Por la espectacularidad destaca el montaje del Reino de Oku, instalado en la amplia Sala de San Ambrosio, en la entreplanta de Santa Cruz. El reino de Oku está asentado en un territorio de la República de Camerún. Se trata de un conjunto de pueblos aislados entre montañas y volcanes, que ha conservado una peculiar cultura y estructura social. Los objetos expuestos son originales y  muchos proceden de pertenencias reservadas al rey. En la sala se despliegan ante los ojos del visitante objetos rituales, elementos del palacio real, máscaras, instrumentos musicales, vestidos y utensilios empleados en la medicina. En definitiva, una colección de objetos que se han expuesto por primera vez fuera de aquel reino, cuyo resultado se puede calificar de sorprendente, pues el espectador se sentirá transportado a los rituales de los habitantes del reino de Oku. 

Pero es que, además, es muy probable que en el preciso momento en el que el visitante esté paseando por esta sala, en algún rincón de aquel remoto reino, se estará llevando a cabo alguna de las ceremonias que aquí se ven, pues estamos hablando de algo que aún existe.

Los rituales y costumbres de este pueblo se caracterizan por la búsqueda de la paz, el equilibrio y la armonía de la comunidad. El rey, que está controlado por un Consejo, es respetado por su pueblo en tanto trabaje en esa dirección: es consciente que se caería sin el apoyo de su pueblo. Por tanto, la obsesión del rey es buscar la prosperidad y bienestar de los habitantes de Oku.

La visita continúa por un pasillo de la Sala San Ambrosio en la que se exponen objetos de pequeño tamaño pero no menos curiosos: ralladores de coco, sandalias de madera, objetos musicales, etc. que, además, sirve de sala de exposiciones temporales en la que se cuelgan cuadros o fotografías contemporáneas.

Todas las salas disponen de amenos  paneles explicativos, y cartelas de cada objeto que detallan su procedencia y datación.

Y para los más “peques”, y también adultos, una vitrina reproduce en piezas de playmobil un poblado y paisaje africano.

Sigue, a continuación, una serie de fotografías variadas de las diferentes dependencias del Museo.

NOTA: se puede visitar de martes a sábado de 11:00 a 14:00 h. y de 16:30 a 19:30;   domingo de 11 a 14 h. La entrada es gratuita y los domingos (excepto el primero de cada mes) hacen visitas guiadas a las 12:30 h. cobrando un euro. Se puede concertar en el teléfono 628 700 176,  o a través de educarellanoalonso@gmail.com

6 comentarios en “OKU, UN REINO DE CAMERÚN, EN VALLADOLID

  1. Visité esta exposición el pasado sábado y me ha parecido realmente expectacular. No sólo por la singularidad y valor de los objetos expuestos, sino por el propio montaje de la exposición y las explicaciones complementarias a las piezas. Sin duda es uno de los tesoros ocultos de Valladolid, que necesitaría de mayor promoción para fomentar su visita.

Deja aquí tu comentario