LAS CASAS DE LOS OBREROS

En el ángulo que forma el  Esgueva y la vieja carretera de Santander, un grupo de casas cuyas fachadas están pintadas de verde (aunque no todas), advierten al paseante de que se halla en el poblado de ENDASA.

 Un especial celo por la provisión de viviendas a las familias que  iban llegando a las ciudades en busca de oportunidades,  respondiendo al llamamiento de las  empresas que comenzaban a instalarse en los años cincuenta, llevó a un gobierno autoritario,  investido de paternalismo, a levantar barriadas enteras con viviendas de protección oficial. Aquel celo gubernativo  llegó, incluso, a obligar a las industrias que estaban alejadas del casco urbano a que  facilitaran viviendas para sus trabajadores.

El poblado de TAFISA, en la carretera de Burgos, ahora una especie de pueblo fantasma  totalmente abandonado, y el de ENDASA, son dos ejemplos señalados. Al primero, las casas se las está comiendo la ruina.

Pero ahí están las 101 de ENDASA. Construidas  hacia los años sesenta en un terreno que no había llegado  a ocupar el arrabal de las Latas, de la República o de España, como al final quedó  bautizado este modestísimo barrio de obreros desordenadamente levantado antes de la República sobre cuadras y huertas.las casas de los obreros

Mas todo va mudando y los arrabales devienen en barrios, y las calles y placitas llegan a recibir la visita del arquitecto y del jardinero. Aquel barrio de jornaleros y las casas  de los trabajadores de ENDASA  precisaban atención. El olvido, marginación y abandono del resto de la ciudad que los veía allí lejos, al otro lado del Esgueva, casi en el cementerio, trató de redimirse con un plan especial –Plan Urban lo llaman en Europa-.

 

Al calor de este plan, los pequeños espacios libres agazapados entre las casas de ENDASA se han transformado en jardincillos tan agradables como modestos. Nada sobresale en ellos ni llama la atención de manera especial, pero todo ha terminado por constituir un apartado y discreto rincón que ahora disfrutan jubilados y otras generaciones  más jóvenes que ya nada tienen que ver con el patrón que levantó estas viviendas.