ESCALERA DE MELANCOLÍA: MUSEO DE SAN ANTOLÍN

El paulatino cierre de diversas iglesias de Tordesillas ponía en riesgo el patrimonio artístico e histórico que aquellos edificios guardaban. Se conjuró el peligro convirtiendo la iglesia de San Antolín en museo, y en él se depositaron muchas de las piezas que hasta entonces habían estado en las parroquias de la villa.

Esto ha dado como resultado el Museo de San Antolín, uno de los espacios expositivos de contenido religioso más interesantes de cuantos se pueden visitar en Valladolid: tanto por lo que se exhibe como por el edificio en sí mismo.

Documentado está que a la iglesia de San Antolín con frecuencia venía a misa la reina Juana I de Castilla (mal llamada la Loca). Lo hacía recorriendo un pasadizo que, desde el palacio donde se alojaba (ya desaparecido), comunicaba con la iglesia, construida entre el siglo XVI y XVII. Pero aquella devoción de la reina también está preñada de una leyenda: terminada la liturgia, Juana subía los cincuenta y seis  escalones de la torre del edificio para ver si por algún camino volvía su querido Felipe el Hermoso, que ya había fallecido hace tiempo. Aquellos cincuenta y seis escalones que subía la reina presa de melancolía, sin embargo sirven para ascender hasta contemplar el Duero y una de las panorámicas más extensas que se puedan disfrutar en Valladolid.  No es de extrañar, por tanto, que muchos importantes edificios de Tordesillas se hayan orientado hacia el terraza del Duero.

Vamos a cruzar la puerta del museo e iniciar una sosegada visita del mismo.

 

Vista general de la iglesia de San Antolín, con una escultura de Juana I en primer plano, realizada por el escultor zamorano Hipólito Pérez. Destaca la torre cilíndrica cuyas escaleras subiremos.

 

La capilla de los Alderete precede a la sacristía, que es de donde arranca la torre. Ascensión que dejaremos para el final de la visita. La capilla se trata de una de las piezas monumentales más importante de los que se puede ver en Tordesillas, población que, por cierto puede presumir sobradamente de patrimonio e historia. Se accede a la capilla a través de una bella reja del siglo XVI, entre gótica y renacentista. En el retablo principal, de estilo plateresco se aprecia el quehacer de  Gaspar de Tordesillas y de Juan de Juni, que hizo los relieves principales.

 

Sepulcro en alabastro de Pedro González  Alderete  fundador de este espacio funerario que ha sido valorado como uno de los más interesantes de Castilla. Falleció en Granada en 1501, fue comendador de la Orden de Santiago y  regidor de Tordesillas. El sepulcro fue labrado en 1550 en el taller de Gaspar de Tordesillas.

 

Sepulcro de Rodrigo de  Alderete, fechado en 1527,  fue juez mayor de Vizcaya. Su nicho está rematado por el escudo de los Alderete.

 

En la nave central, llamativamente decorado su techo, hay un Cristo yacente de la escuela de Gregorio Fernández. Se trata de una pieza con los brazos articulados que tanto puede ser presentada yacente, como ahora lo está, como en posición de crucificado.

 

Retablo del siglo XVII profusamente ilustrado en que hay pinturas de Felipe Gil de Mena. Este artista, muy apreciado en vida, tiene obra en numerosos templos de Valladolid y alguna pieza en el Museo de Escultura, procedente del convento de San Francisco de Medina de Rioseco.

 

La capilla de los Acevedo tiene un Calvario cuya figura principal está atribuida de Francisco del Rincón, uno de los grandes de la imaginería española. Algunos le consideran maestro de Gregorio Fernández, aunque lo más seguro es que fuera simplemente el mecenas y avalista de Fernández en la corte de Felipe III. Del Rincón fue el creador de los pasos procesionales barrocos, uno de los cuales se encuentra en el Museo de Escultura.

 

Acaso la joya del museo, si es que es posible destacar de entre todo lo que ofrece, sea una escultura de la Inmaculada. Está esculpida en madera en el siglo XVII por Pedro de Mena (escultor barroco considerado de lo mejor de la imaginería andaluza). Su perfección  alcanza tales niveles que pareciera hecha de delicada porcelana. Es una pieza de bellísimas formas y proporciones.

 

 

 

Bajo el coro, entre otras cosas se pueden encontrar varias tallas del arcángel San Miguel, de Santiago Apóstol y una cruz procesional que tiene la particularidad de tener labrado lo que parece una panorámica de Tordesillas.

Un detalle muy curioso es una puerta de hierro que se trajo de la iglesia de San Pedro, donde está enterrado Andrés Juan Gaitán, inquisidor en el Perú y que de tan controvertido oficio dejó huella incluso en la decoración (el símbolo de la Inquisición: la cruz, la espada y el olivo o la palma) de los cinco grandes cerrojos que blindan esta puerta.

 

A punto de terminar el recorrido por el museo, y ya junto a  la puerta, se ofrece al visitante una curiosa tabla policromada del siglo XVI. Se desconoce la autoría pero bien podría tratarse del  encargo de un matrimonio (que aparece al pie de la escena en actitud orante). La tabla reproduce la misa de San Gregorio acompañada un una curiosa iconografía del martirio de Jesús: la columna donde fue atado, tenazas con que fue torturado, escalera para la crucifixión, la lanza con que se atravesó su costado, los dados que los soldados utilizaron para jugarse su túnica, etc. Es una muestra de lo más típico (y curioso) de la utilización del arte para mostrar mensajes y afianzar creencias: un comic, en definitiva, diríamos ahora.

 

El museo también ofrece al visitante libros, casullas,  orfebrería y cuadros, algunos de los cuales están pintados sobre cobre.

 

En el edificio colindante con el Museo  (Casas del Tratado) se exponen varias maquetas, entre las que está la del Palacio Real que habitó Juana I entre 1509 y 1555, desde el que iba a la iglesia de San Antolín. Este palacio, de modesta construcción, fue mandado construir por Enrique III hacia 1400,  y reinando Carlos III se derribó en 1773 dado su estado de abandono.

 

NOTA: El museo está en la calle Tratado de Tordesillas. Horario: 11:30 a 13:30 y 16:30 a 18:30. La entrada cuesta dos euros y los niños entran gratis. Cierra domingos tarde y lunes.

 

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