¡ESTO SÍ QUE ES CUIDAR EL PAISAJE!

Solo un par de ejemplos de casos  que, con frecuencia, se encuentra uno en los entornos de lugares y paisajes que deberían estar primorosamente cuidados.

El primer y ajado cartel, de unas obras que se realizaron en 2005, se refiere al único puente romano que se conserva en la provincia de Valladolid y que podemos ver en Becilla de Valderaduey.puente romano de valderaduey-crop

El segundo, es toda una colección de carteles innecesarios y absurdos que hay en torno al bello paraje de la exclusa 7 del Canal de Castilla a su paso por el término de Tamariz de Campos. Los demás carteles en torno a la exclusa, aún con ser de carácter informativo, no dejan de ser agobiantes por lo excesivo de su número.

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exclusa 7 tamariz 4-crop-crop

 

OASIS EN VILLACO: FUENTE DEL OLMO

En este paseo en torno al municipio de Villaco, en el valle de la Esgueva, vamos a ir a uno de esos pequeños oasis con que a veces nos premian los páramos vallisoletanos (seguimos con rutas relacionadas con el agua). Se trata de conocer la fuente del Olmo (o Fuentelolmo), en la cabecera de uno de los vallejos con mejores vistas de la zona.

Desde el mismo casco urbano de Villaco se coge el camino de las bodegas, que sigue el curso de la antigua cañada Real de Palencia y que remonta hacia el páramo.

Una de las primeras sorpresas son las propias bodegas, antiguas y rústicas como pocas, forman una pequeña barriada. Los conjuntos de bodegas en muchos lugares ya se están empezando a valorar como manifestaciones de la arquitectura vernácula que deben ser conservadas.

Continúa el camino, polvoriento, y una vez arriba y justo antes de un buen montón de piedras que se levanta a nuestra izquierda, sale una senda desde la que se ve al fondo una frondosa arboleda: es la fuente del Olmo. Este senderillo corre paralelo al arroyo de la Fuentona.

Pronto se llega a lo que ha sido convertido en un agradable merendero que se consolidó durante la concentración parcelaria.00 merendero de fuente el olmo-crop

Varias mesas y bancos de piedra, a la sombra de un buen arbolado, pueden servir para un breve descanso en el que entretenerse, sobre todo, escuchando como corre el agua que surge de debajo de las piedras del páramo. Brota el agua a borbotones. Un agua cristalina y muy apreciada de siempre en el valle. Esta antigua fuente, junto a algunas otras del término municipal, ha servido para alimentar uno de esos decires un tanto maliciosos que sirven para marcar diferencias entre municipios vecinos: “Tiene mejor agua Villaco que vino Amusquillo”. Evidentemente en Amusquillo no están nada de acuerdo con el dicho.

Continuaremos camino descendiendo por el barco (así se llama en el lugar a los valles que hienden los páramos)  y nuestra principal ocupación será ir contemplando la panorámica sobre el valle de la Esgueva (con el caserío de Castroverde de Cerrato al fondo), que pasa por ser una de las más magníficas de la comarca.

La vuelta a Villaco no tiene pérdida: siempre hacia la izquierda por el camino principal.

Terminaremos por confluir con la GR 27 (Gran Ruta de la Esgueva)  que viene desde Villaco.

En total un paseo de apenas 5 kilómetros.

 

01 inicio del camino de las bodegas-crop

Inicio camino de las bodegas

 1 bodegas de villaco-crop

Barrio de bodegas

 2 fuente el olmo al fondo

Arbolado fuente el Olmo desde el páramo

 3 la fuentona

La Fuentona, en el camino a fuente el Olmo

 4 brota el agua-crop

El agua brota bajo las piedras

 5 detalle de fuente-crop

Detalle del merendero

 7 panoramica

Panorámica del valle de vuelta a Villaco

INGENIOS MEDIEVALES: EL DOMINIO DEL AGUA

Nació el Museo de la Ciencia de Valladolid con vocación de especializarse en el agua. No en balde se construyó aprovechando los restos de la fábrica de harinas “El Palero”, junto al Pisuerga. Pero no llegó a cuajar del todo el proyecto, aunque no faltan las secciones dedicadas al agua. Por esto, y por una exposición  que hay en el Museo, daremos un paseo por el entorno de la isla del Palero y visitaremos el Museo de la Ciencia y la Casa del Río. Seguimos, pues, tal como haremos a lo largo del verano, paseando cerca del agua. Una exposición temporal que se exhibe en el museo titulada Ars Mechanicae (Ingeniería Medieval en España) ofrece una amplia panorámica de la interesante tecnología medieval (que incluso se conocían como “artes mecánicas”). Bastantes de los paneles y maquetas expuestas tienen que ver con el agua: abastecimientos, regadíos, industrias harineras, acueductos, puentes, etc.0 No solo unos buenos paneles explicativos y videos nos adentran en el conocimiento de la tecnología medieval, sino que muchas de las maquetas expuestas son articuladas y muestran el  movimiento de aquellas máquinas imprescindibles para hacer más fácil la vida de los seres humanos de la época: ferrerías, tratamiento del vidrio, poleas, etc. Merece la pena, pues se apreciará como aquella tecnología de herencia romana y desarrollo visigodo tiene una vigencia sorprendente. Terminada esta visita hemos de volver hacia el Paseo de Zorrilla para adentrarnos en La Casa del Río, que está bajo la pasarela peatonal que cruza el río. Aprovecharemos para ver la isla del Palero y los restos de la aceña de la harinera. La Casa del Río (dependiente del Museo de la Ciencia) se centra en los ecosistemas fluviales, con especial incidencia en el Pisuerga. Varios acuarios y módulos interactivos muestran cómo funcionan los ríos y los procesos ecológicos que en ellos se producen. Finalizadas estas visitas, el paseo se puede  prolongar subiendo por la pasarela peatonal hacia Parquesol, desde donde obtendremos  una panorámica del conjunto de edificios que configuran el Museo de la Ciencia y su entorno inmediato. Debe añadirse que el Museo de la Ciencia, de titularidad municipal, se inauguró en 2003 y que sus arquitectos fueron el afamado Rafael Moneo y el menos conocido pero de gran prestigio, Enrique de Teresa. Horarios: Museo de la Ciencia en julio y agosto: martes a viernes de 11 a 19 h.; sábados y festivos hasta las 20 h.;  y domingos de 11 a 15 h. La Casa del Río: julio y agosto: martes a viernes de 10 a 14:30 h.; sábados y festivos de 11 a 14:30 y de 16:30 a 20 h.; domingos de 11 a 14:30 h.   1-crop Otra panorámica del Museo, que conserva el edificio de ladrillo original. 2-crop Como era la fábrica de harinas del  Palero en 1912.  3 Noria que recibe al visitante en la exposición temporal.  4-crop Otras maquetas de la exposición.  5-crop Uno de los acuarios de la Casa del Río.

EL FESTÍN DE LAS RAPACES: EL SOTO DE MEDINILLA

El estío de las campiñas y páramos vallisoletanos es especialmente caluroso. Por eso puede ser una buena estación para prestar especial interés a ríos, embalses y  canales: su mera presencia ya aporta sensación de frescor y, además,  la naturaleza se muestra con todo su vigor, tanto la flora como la fauna propias de ríos y riberas.

Así que a lo largo de las próximas semanas propondré  paseos en los que el agua sea  principal protagonista.

Hay en el entorno inmediato de la ciudad de Valladolid un lugar extraordinario por su importancia arqueológica: el Soto de Medinilla.  Se trata de casi una isla que conforma la enorme herradura que hace el Pisuerga en este lugar, a la otra orilla de la parte de atrás de la fábrica de Tafisa, en la carretera del barrio de La Overuela.

Es un lugar descampado, en buena parte labrado, de gran extensión en el que una de sus terrazas que asoma al Pisuerga guarda los importantes vestigios de la cultura inmediatamente anterior a los vacceos y que se sitúa en el  periodo de  la Edad del Hierro. Hablamos, más o menos hablamos  del siglo VIII a.C.

Lo cierto es que en él y en su entorno habita una rica y variada fauna, especialmente de aves rapaces,  que vive de la abundante población de roedores, reptiles y otros animales que tienen su morada en el Soto.1

Para una buena observación es recomendable coincidir en horas en las que las aves están especialmente activas. Por ejemplo, en esta época, en torno a las siete de la tarde  es fácil observarlas en su plenitud cazadora (desde luego  unos prismáticos sencillos y una guía elemental de aves ayuda a distinguir las especies, entre las que predomina el milano –en el cauce del Pisuerga no es difícil ver algún cormorán o alguna garza-).

Iremos a buscar un punto de observación partiendo desde la dársena (en la avenida de Gijón) por la margen izquierda del Canal de Castilla, cuyo primer tramo del  recorrido tendremos que hacerlo  por la calle Canal.

Desde este lugar haremos un completo paseo por lugares emblemáticos del Canal, y si el sol aprieta, el camino coincidente con el barrio de La Victoria se puede hacer bajo la sombra del abundante arbolado de la extensa zona ajardinada que se conoce como “Jardín Botánico”. Nuestro paseo tendrá como destino  el puente de piedra que hay en la carretera de La Overuela, frente al Soto de Medinilla (allí donde el Canal y el Pisuerga casi se tocan).

En total, entre ida y vuelta, apenas un par de horas, disfrutando de lo que el canal y su nos ofrecen.

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Dársena del Canal de Castilla en la Avd. de Gijón.

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Indicadores de las Rutas de Gran recorrido (GR) 89 y 30: Canal de Castilla y Torozos, en el edificio principal de la dársena.

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Una gran “chopa” junto al puente de madera sobre el Canal (barrio de la Victoria).

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Mojón señalizador de las distancias a Rioseco y Alar del Rey.

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Puente de la esclusa 42